sábado, 27 de octubre de 2018

Modelo prueba


1-    Qué tipo de composiciones medievales son los siguientes textos literarios. ¿Por qué? ¿Sabrías identificar la obra a la que pertenecen los fragmentos c,d,e?
2-    Qué tipo de texto sería el b y c según su canal de transmisión, según el registro utilizado, según el tema del contenido y según la organización del contenido. ¿Por qué?
3-    ¿En qué tipo de soporte estarían escritos estos textos en su momento? ¿En qué soporte podrían estar escritos ahora?
4-  Identifica en los textos: tres sintagmas nominales, tres verbales, tres adjetivales, tres adverbiales y tres preposicionales. Después, analiza los nominales (tanto su estructura interna como su función)
5- Identifica el lexema y los morfemas derifativos (prefijos y sufijos) de las palabras señaladas en rosa

Texto a:


-       Madre, mi habibi
se va y no tornará más.
Dime qué haré, madre:
¿ni un besillo me dejará?

Texto b:

Un sueño soñaba anoche,   
sueñito del alma mía,
soñaba con mis amores,   
que en mis manos los tenía,
Vi entrar señora tan blanca,   
muy más que la nieve fría.
— ¿Por dónde has entrado, amor?
 ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, 
  ventanas y celosías.
— ¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
— Muy de prisa se calzaba,   
más de prisa se vestía;
ya se va para la calle,   
en donde su amor vivía.
— ¿Cómo te podré yo abrir   
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, 
 mi madre no está dormida.
— Si no me abres esta noche, 
 ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, 
 junto a ti vida sería.
— Vete bajo la ventana 
 donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
  para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzara,
  mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; 
 la Muerte que allí venía:
— Vamos, el enamorado
que la hora está cumplida.

 Texto c:

Con las rodillas hincadas seguía el Campeador:
“Merced os pido buen rey, vos mi natural señor,
Que ante vos arrodillado me devolváis vuestro amor,
Y que puedan oírlo todos los que están alrededor”.
Dijo el rey: “Así lo haré con alma y con corazón,
Aquí os perdono, Cid, y os vuelvo mi favor,
Desde hoy en todo mi reino acogida os doy yo”

Texto d:

Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar a la mar,
Que es el morir;
Allí van los señoríos
Derechos a se acabar
Y consumir;
Allí, los ríos caudales,
Allí, los otros medianos
Y más chicos;
Allegados, son iguales
Los que viven por sus manos
Y los ricos.



 Texto e:

Érase un hombre pobre -de limosnas vivía-
Que de toda infurción y renta carecía
Fuera de su trabajo, a la vez que lo tenía,
Y en bien pocos pepiones su hacienda consistía.

Por ganar la Gloriosa, a la que mucho amaba,
Partía con los pobres todo cuanto ganaba;
En esto contendía y en esto se esforzaba:
Para obtener su gracia su pobreza olvidada.
 


lunes, 15 de octubre de 2018

So el encina 

 
El siguiente texto es un villancico medieval recogido en un cancionero, 
el Cancionero de Palacio. Es un conocido poema anónimo y, gracias al 
cancinero, podemos saber cómo se cantaría en su época.
Después de leerlo, realiza los siguientes ejercicios: 
 
Analiza la rima de los primeros 12 versos.
Identifica por qué es un villancico (cuáles son sus características) 
Por último, realiza un resumen de su contenido.   
 
So el encina


  So el encina, encina,
so el encina.

  Yo me iba, mi madre,
a la romería;
por ir más devota                5
fui sin compañía;
so el encina.

  Por ir más devota
fin sin compañía;
tomé otro camino,                10
dejé el que tenía;
so el encina.

  Halléme perdida
en una montiña,
echéme a dormir                  15
al pie del encina,
so el encina.

  A la media noche
recordé, mezquina;
halléme en los brazos            20
del que más quería,
so el encina.

  Pesóme, cuitada
de que amanecía
porque yo gozaba                 25
del que más quería,
so el encina.

  Muy biendita sía
la tal romería;
so el encina.                    30

miércoles, 10 de octubre de 2018

Afrenta de Corpes

Afrenta de Corpes (fragmento)


En este último cantar de El Cid asistimos al maltrato y abandono de doña Elvira y doña Sol por parte de sus maridos, que las atan y golpean en acto de venganza contra su padre. La mujer en el cantar tiene un papel más que secundario, apenas tiene voz salvo para dirigirse a otros hombres. Leedlo atentamente y fijaos en la actitud de las jóvenes. Después, compárala con una situación actual:


LA VENGANZA DE LOS INFANTES DE CARRIÓN 

Ya salían de Valencia     los infantes de Carrión;
Caminan de día y noche         sin reposar nunca, no.
En el robledal de Corpes        entraron al fin los dos.
Las ramas tocan las nubes,     los montes muy altos son,
Y muchas bestias feroces       rondaban alrededor.
Allí ordenaron clavar       las tiendas los de Carrión.
En brazos de sus mujeres        les demostraron su amor,
Pero ¡qué mal lo cumplieron      a la salida del sol!
Mandan que todos avancen       fuese mujer o varón,
Y que se queden con ellos          doña Elvira y doña Sol,
Pues con sus esposas quieren    recrearse a su sabor.
Todos los demás se han ido,      y solo cuatro, ¡por Dios!
¡Cuánto mal imaginaron          los infantes de Carrión!

A un árbol ya estáis atadas,        hijas del Campeador,
Y los traidores infantes     os hablan sin compasión:
“Bien podéis creerlo ahora       doña Elvira y doña Sol,
Aquí seréis ultrajadas,   en este triste rincón,
Y después os dejaremos         agraviadas a las dos.
No tendréis parte ninguna          en las tierras de Carrión.
Estas noticias irán          hasta el Cid Campeador
Y quedaremos vengados          por la ofensa del león”

A las dos van quitando         el manto y el pellizón
Solo camisas de seda     sobre sus cuerpos quedó.
Tienen calzadas espuelas         los traidores de Carrión;
En sus manos llevan cinchas,     que fuertes y duras son.
Cuando esto vieron las damas   les habla así doña Sol:
“Oh, don Diego y don Fernando,         os lo rogamos, por Dios,
Ya que tenéis dos espadas,        la Colada y la Tizón,
Cortadnos nuestras cabezas,     dadnos martirio a las dos.
Los moros y los cristianos           juntos dirán la razón
De que esto que nos hacéis        no lo merecemos, no”.

Lo que pedían las damas          de nada allí les sirvió,
Y empiezan a golpearlas          los infantes de Carrión.
Con las cinchas corredizas       azotan sin compasión,
Con las espuelas agudas          les causan un gran dolor,
Rompiéndoles las camisas       y las carnes a las dos.
Limpia salía la sangre             que a aquella tierra tiñó,
Bien que la sentían ellas          dentro de su corazón.
¡Qué gran ventura sería,          si quisiera el Creador,
Que apareciese de pronto        Mio Cid Campeador!

Tanto allí las azotaron   que desfallecidas son,
Con sus camisas manchadas      por la sangre que cayó.
Cansados están de herirlas        los infantes de Carrión,
Esforzándose por ver                quién golpeaba mejor.
Ya no podían ni hablar      doña Elvira y doña Sol.
En el robledal de Corpes           por muertas quedan las dos,
Y alabándose se van       los infantes de Carrión,
Que de este modo han vengado           la deshonra del león. 

 
                                                    (Adaptación de José María Plaza, editorial Espasa)