lunes, 10 de diciembre de 2018

Línea temporal


Adjunto un enlace en el que encontraréis una línea temporal en la que voy a ir adjuntando información básica sobre la literatura española.

https://www.tiki-toki.com/timeline/entry/1138903/Literatura-espaola-/

miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA DESCRIPCIÓN

Vamos a acercarnos a la descripción con dos dos modelos clásicos de nuestra literatura: La Celestina y Platero. Las dos son nos cuentan cómo son sus personajes de manera artística, aunque usando estilos muy diferentes. Juan Ramón Jiménez describe con cariño y amor a su burrín, Platero, usando unas figuras y un lenguaje poético modenos, mientras que en La Celestina Fernando de Rojas describe también artísticamente pero de manera tradicional el rostro y cuerpo de Melibea desde el punto de vista de Calisto, realizando una descripción clásica que comienza en el rostro y termina en las extremidades:

Después de leer los textos debemos fijarnos en qué elementos describe cada uno de los autores de los protagonistas y el punto de vista que toman. ¿Son descripciones objetivas o subjetivas? Después, realiza una descripción propia de tu mascota o de un animal de compañía que te gustaría tener.


CALISTO.-  Comienzo por los cabellos. ¿Ves tú las madejas del oro delgado que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen menos. Su longura hasta el postrero asiento de sus pies, después crinados (1) y atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, no ha más menester para convertir los hombres en piedras.

SEMPRONIO.- (Aparte.) Más en asnos.

CALISTO.-   ¿Qué dices?

SEMPRONIO.-  Dije que esos tales no serían cerdas de asno.

CALISTO.-   ¡Ved qué torpe y qué comparación!

SEMPRONIO.-  (Aparte.) ¿Tú cuerdo?

CALISTO.-   Los ojos verdes rasgados, las pestañas luengas, las cejas delgadas y alzadas, la nariz mediana, la boca pequeña, los dientes menudos y blancos, los labios colorados y grosezuelos, el torno del rostro poco más luengo que redondo, el pecho alto, la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar? ¡Que se despereza el hombre cuando las mira! La tez lisa, lustrosa, el cuero suyo oscurece la nieve, la color mezclada, cual ella la escogió para sí.

SEMPRONIO.-  (Aparte.) ¡En sus trece está este necio!

CALISTO.-   Las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas; los dedos luengos; las uñas en ellos largas y coloradas, que parecen rubíes entre perlas. Aquella proporción, que ver yo no pude, no sin duda, por el bulto de fuera juzgo incomparablemente ser mejor que la que Paris juzgó entre las tres diosas.
Fernando de Rojas





Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.